¿Cómo saber si he sufrido un trauma psicológico?

Generalmente las personas que se preguntan si tienen un trauma es porque hay aspectos de sí mismas que no entienden o que sienten que no están bien. Quizás identifican que son demasiado reactivas en las discusiones o en los conflictos, demasiado irascibles o demasiado susceptibles… o sienten que se los cuesta mucho relacionarse. Quizás sienten una incongruencia entre el que han “conseguido” en su vida, y el sentimiento de alegría interior.

En muchos estudios sobre trauma y disociación, se ha visto que traumas vividos en la infancia se pueden olvidar totalmente, como mecanismo de defensa para seguir viviendo, sobre todo si cuando pasaron el niño/a no lo pudo hablar con nadie.

También se ha concluido en estos estudios que se puede diferenciar los traumas en T mayúscula, que son traumas únicos pero muy graves, de los traumas en t minúscula, que se refieren a haber vivido durante mucho de tiempos múltiples relaciones con otras personas donde el niño/a  se ha sentido agredido/a o desvalorado/a.

Una consecuencia que tiene el haber sufrido cualquier trauma, es la dificultad en tener una buena regulación emocional; otra consecuencia es la dificultad en confiar en las otras personas y en la vida.

Quería profundizar en la carencia de confianza en los demás, puesto que esto lleva a un sufrimiento emocional muy grande, y una dificultad que se propaga por todos los ámbitos de la vida de la persona.

Las personas somos seres sociales, y esto quiere decir que la especie humana, para sobrevivir, siempre ha vivido en comunidad. Desde las tribus pre-históricas a las mega-urbes actuales, los humanos hemos crecido en grupo, basándose en una confianza entre las personas de un mismo grupo, muchas veces unida a una desconfianza global a las personas de otras tribus….o actualmente personas de otras culturas, otras religiones o incluso otras clases sociales.

Pero crecer con la sensación que las personas que te rodean no son confiables y te pueden agredir, te condena a un estado de alerta constante en todos los ámbitos. Las personas podemos construir diferentes máscaras sociales que escondan esto (des de ser muy complaciente, a ser muy distante, a ser “buen relaciones públicas”, a esconderse con sobre-adaptación, etc) pero el que no puede hacer la persona que ha vivido un trauma relacional es relajarse para conseguir intimidad emocional. Relajarse y confiar que las relaciones pueden ser estables y seguras. Relajarse y confiar que no será herido, humillado, agredido, o no será abandonado. Relajarse y creer que es posible ser valorado y bien-tratado como anhela. Porque por mucha desconfianza que se tenga en que esto pueda pasar, el deseo y la necesidad de confiar sigue operando, provocando a veces movimientos de ida y vuelta ante los demés, o una respuesta reactiva totalmente extrema de confiar en personas que justamente no son adecuadas en absoluto…

También es verdad que cuando hablamos de desconfianza, también hay grados, y muchas personas que aunque tengan un estado de alerta inicial, también pueden llegar a confiar si encuentran a otras personas que son consistentes y estables en las relaciones. Es posible que personas con trauma psicológico acaben teniendo una o dos personas de confianza, lo que al menos hace disminuir los sentimientos internos de soledad e inadecuación.

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